Homilías Dominicales del Ciclo A




domingo, 16 de enero de 2011

El Cordero Expiatorio


Liturgia de la Palabra en el

II Domingo del Tiempo durante el Año

20 de Enero de 2008

R.P. Dr. Alfredo Sáenz, SJ

(Audio 23' 30")




El pasado domingo 9 de Enero ha finalizado el Tiempo de Navidad. El domingo próximo será entonces el segundo del Tiempo durante el Año, también conocido como Tiempo Ordinario.
Seguimos publicando las homilías del corriente Ciclo A grabadas en 2007/2008. Como es sabido, los ciclos de lecturas para el Modo Ordinario del Rito Romano son tres (A, B y C) y, por lo tanto, se repiten cada tres años comenzando con el Primer Domingo de Adviento (Noviembre/Diciembre), siguiente a la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, y finalizando con ésta (Noviembre del año siguiente).


El libro del Levítico (16: 21,22) prescribía un rito anual de expiación por el cual se cargaban las iniquidades y transgresiones de los israelitas sobre la cabeza de un chivo, que luego era soltado en el desierto para que llevara, hacia una región inaccesible, los pecados del pueblo.

Llegada la plenitud de los tiempos, el eterno e impasible Verbo de Dios tomó carne mortal para cargar nuestros pecados y ser cordero inmolado por nuestra redención. "Ecce Agnus Dei qui tolis pecata mundi", dijo San Juan Bautista al ver acercarse a Jesús, y nosotros repetimos tres veces finalizado el Canon de la Misa: "He aquí el Cordero de Dios que carga los pecados del mundo"; porque el verbo latino tolere significa tanto quitar, traducción adoptada en el Misal, como cargar. Así Cristojesús cargó sobre sus hombros a la humanidad caída y pecadora, que no podía levantarse por sí misma.

Desgraciadamente el mundo moderno ha perdido el sentido del pecado y, por lo tanto, de la necesidad de la salvación; puesto que, siendo el pecado una ofenda a Dios, negarlo, como hace la modernidad, significa abolirlo y declarar superflua a la redención. Por eso el hombre actual, en lugar de ir al confesionario va al consultorio del psicólogo.

Así como Juan el Bautista nosotros también. por el bautismo, estamos llamados a anunciar a Cristo, a ser sus precursores, ha realizar la elevada y exquisita caridad de proclamar a los demás la buena doctrina. Porque si dijo el Señor: "el que os dé de beber un vaso de agua por Mí, no quedará sin recompensa" (Mc 9: 41), cuando más dará al que, siendo apóstol, se hace portador de la gracia de Dios.

La sagrada Eucaristía hace estar presente entre nosotros al cordero liberador del Éxodo, al cordero redentor del profeta Isaías, traspasado por nuestras rebeldías, al cordero señalado por Juan, al cordero de la Cruz y al cordero del Apocalipsis que nos espera en su trono: ¡Felices los invitados a las bodas del Cordero (Ap 19: 9)

Para oír presione Play o active abajo el enlace de Esnip's:

Get this widget | Track details | eSnips Social DNA




En la Ilustración: Fragmento del "Retablo de Isenheim" (1512-1516), del pintor alemán Matthias Grünewald, que se conserva en el Museo Unterlinden de Colmar, Francia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario