Homilías Dominicales del Ciclo A




viernes, 31 de diciembre de 2010

La mujer católica: ¿Ave o Eva?


Liturgia de la Palabra en las Vísperas de la

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

31 de Diciembre de 2006

(Audio 26' 00")

R.P. Dr. Horacio Bojorge, SJ



Durante la Liturgia que publicamos, el padre Bojorge siguió la modalidad de explicar cada texto por separado, inmediatamente después de finalizada su lectura.

Cuando Dios enseñó a los israelitas el modo en que debían bendecir, les dijo que lo hicieran pidiendo ver su Rostro, porque conocer a Dios es nuestra mayor bendición. El cumplimiento de este deseo, que se realizó al manifestarse JesuCristo nuestro Señor, se lo debemos a la Santísima Virgen, en quien hay una plenitud de gracia que se derrama bendiciendo todas las generaciones.

"Quien me ve a Mí ve al Padre", dice el Señor quien, siendo invisible en los Cielos, se hace visible como hijo de María, Madre de Dios desde que en su seno la persona del Verbo Eterno tomó una humanidad.

Que Dios se haya hecho hombre, que haya querido ser mortal y morir como nosotros, es un misterio enorme. San Ignacio de Antioquía, sucesor de San Pedro en esa cátedra, dice en su carta a los Efesios (19: 1) que hay tres misterios sonoros que se cumplieron en el silencio de Dios y quedaron ocultos al Demonio: la concepción virginal de María, su parto virginal y el misterio de la santa Cruz a cuyo pie, quien es Madre de la Cabeza del Cuerpo Místico, fue constituida en madre de todos los creyentes.
El que la madre de Dios sea también nuestra madre, nos anuncia que estamos llamados a participar de la vida divina, porque también Dios será el Padre en quien debemos confiar todo nuestro ser.
San Pablo les dice a los cristianos de Galacia, deseosos de volver al judaísmo, a la Ley de Moisés, que Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, para inaugurar un tiempo de libertad consistente en hacer la voluntad del Padre y no solamente cumplir mandatos escritos en piedra. Porque Jesucristo vino para redimir a los esclavos de la Ley convirtiéndolos en hijos adoptivos que claman a Dios llamándolo "papá".

La tentación de Eva fue querer ser como Dios y hacerlo todo ella en lugar de abandonar el hacer Sus manos. En cambio María, a quien el Ángel saludó con un Ave, lo inverso a Eva, dejó que el Señor obrase en ella diciendo "Hágase en mí según tu palabra". Por eso las mujeres, que tienen a su cuidado la educación de la prole, tienen que elegir entre ser hijas de Eva o de María.
Pidamos pues, en la solemnidad de Santa María Madre de Dios, que la bendición de la bendita entre todas las mujeres se derrame especialmente sobre las bautizadas, para que ellas también irradien en su hogar la santidad de vivir como hijas y enseñen a sus hijos a vivir como hijos.

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En la Ilustración: "Theotokos ", mosaico que decora la Iglesia de Santa Sofía (Estambul) en el que se ve a la Madre de Dios sentada en el Trono con atributos reales, teniendo a su derecha al Emperador Justiniano, quien le ofrece esa Basílica que él mandó construir, y a su izquierda a Constantino ofreciéndole la ciudad de Constantinopla. A ese respecto, una tradición sostiene que Bizancio fue consagrada a la Theotokos desde el momento de su fundación.

2 comentarios:

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    Muchas gracias.

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  2. Mater Dei ora pro nobis

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